Una vez pasados los 50, parece que dormir a pierna suelta se convierte en una hazaña cada vez más complicada de conseguir. Pocos consiguen conciliar el sueño durante toda la noche. En los casos más extremos, esta circunstancia puede llegar a convertirse en un peligro para la salud, tal y como asegura un estudio llevado a cabo por varios autores de la Universidad Paris Cité.
Su principal conclusión es que, en las personas que alcanzan los 50 años de edad, la costumbre de dormir menos de 5 horas al día está asociada con un incremento del 20 por ciento del riesgo de enfermedad crónica. Y, fijándose en los mayores de 60 o 70 años, las horas máximas de sueño se sitúan en las nueve, cifra a partir de la que se aprecia un incremento en el mismo sentido. Sin embargo, como advierte el propio estudio, la muestra de personas mayores de esa edad que mantenían un sueño de esa duración era muy reducido y, en muchos casos, se explicaba a partir de una enfermedad crónica que ya padecía con anterioridad.
Al mismo tiempo, el aumento del riesgo de enfermedad crónica implica también un aumento en el riesgo de padecer múltiples dolencias de este tipo, una circunstancia cada vez más común en países desarrollados, tal y como informa el portal especializado Infosalus. Pese a todo, los investigadores especifican que la ausencia de sueño no ha podido ser relacionada con un mayor riesgo de mortalidad.
El estudio, que ha sido publicado en la revista PLOS Medicine, ha tenido como principal motivación la demostración de la asociación entre el riesgo de enfermedades crónicas y los períodos demasiado cortos y demasiado largos de sueño. La investigadora principal, Sevérine Sabia, enfatizó la importancia de mantener «buenos hábitos de sueño pasados los 50» y dio algunos consejos como la tranquilidad en el dormitorio o «evitar los dispositivos electrónicos o las comidas copiosas antes de dormir«.